En mi colegio
vivía un casero
que se llamaba
Juan Carlos
Juan Carlos tenía
una cicatriz
que le atravesaba la frente
alla Frankenstein
Cuenta la leyenda
Que le bajaron tres dientes
Saltando al grito de “Dale River”
en la popular de Boca
Juan Carlos
Vivía con Nahuel
Un loro verde
Que cantaba
La marcha peronista
Un año
Hubo protestas
Porque Nahuel
Hizo su gracia
El día de las elecciones
La gente entraba a votar
Y desde el cuarto oscuro
Escuchaba al loro
Que gritaba
Viva Perón
Los radicales, indignados
Y los de la UCEDE también
Aunque el loro era
El menor de sus problemas.
Ante el revuelo
Juan Carlos
Guardo al loro
Y con cierto orgullo
Mostró su sonrisa
llena de huecos.